ÁCIDO FÓLICO: REDUCE HASTA UN 75% EL RIESGO DE ESPINA BÍFIDA
diciembre 01, 2024El Día Internacional de la Espina Bífida se celebra el 21 de noviembre de cada año. Esta fecha es una oportunidad para tomar conciencia sobre esta enfermedad que causa discapacidad física en la infancia. La espina bífida es una enfermedad que afecta la columna vertebral y suele ser evidente en el nacimiento. Esta afección puede variar de leve a grave, según el tipo de defecto, el tamaño, la ubicación y las complicaciones.
El Dr. Fernando Monge, médico ginecólogo y obstetra de DIM CENTROS DE SALUD explica que “la espina bífida es un defecto congénito que ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal no se forman correctamente. Es un tipo de defecto del tubo neural. El tubo neural es la estructura de un embrión en desarrollo que finalmente se convierte en el cerebro del feto, la médula espinal y los tejidos que los rodea
Suele existir mayor riesgo de que un feto desarrolle estos defectos si la madre padece de obesidad, diabetes no tratada o el uso de algunos tipos de medicación para epilepsia o hipertermia en las primeras semanas de embarazo, como el antecedente de embarazo previo con defecto de cierre del tubo neural.
Actualmente el tratamiento quirúrgico de la espina bífida puede realizarse prenatal o posnatal. La realización de uno u otro va a depender de la edad gestacional, el nivel de la lesión del mielomeningocele en la columna, la presencia de otras anomalías y determinados factores maternos.
El rol clave del ácido fólico
La mejor forma de prevenirla es tomar suplementos de ácido fólico antes y durante el embarazo. Aunque aún no se conocen las causas exactas de la espina bífida, el mantenimiento de niveles saludables de ácido fólico es un factor clave en la prevención.
El ácido fólico es una vitamina B que ayuda al cuerpo de la mujer a producir glóbulos rojos sanos. Tomarlo antes y durante los primeros tres meses de embarazo no garantiza que el bebé no tenga la enfermedad, pero puede reducir significativamente el riesgo.
De acuerdo a la Sociedad Argentina de Pediatría, se ha demostrado a través de evidencia científica, que si la mujer consume ácido fólico en dosis adecuadas durante al menos tres meses antes de la concepción y 3 meses después, el riesgo de que un bebé sea afectado por estas malformaciones disminuye hasta en un 75%.
Se recomienda tomar ácido fólico en una dosis de 0,4 mg al día durante dos meses antes de la concepción y en los primeros meses del embarazo como medida de prevención primaria para evitar defectos del cierre del tubo neural. En casos donde ya existe un antecedente de este tipo de defectos en embarazos anteriores, se sugiere aumentar la dosis a 4 mg diarios.
Tomar ácido fólico antes y durante el embarazo puede reducir el riesgo de ciertas anomalías congénitas. Estas incluyen además de espina bífida, anencefalia y algunos defectos cardíacos.
Con el asesoramiento del Dr. Fernando Monge,
Médico ginecólogo y obstetra de DIM CENTROS DE SALUD
(MP 38368 / MN 76011)
Por Oficina de Prensa


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