EL SÍNDROME DE TOURETTE Y EL ESTIGMA SOCIAL

junio 09, 2024

 


El Síndrome de Tourette, caracterizado por movimientos bruscos y tics vocales, es un trastorno neurológico que afecta a millones de personas, especialmente niños y adolescentes. La neuróloga Daniela Sosa de DIM Centros de Salud explica que, aunque esta condición puede estigmatizar a quienes la padecen, las redes sociales han aumentado su visibilidad y fomentado la empatía y el apoyo hacia los afectados.

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que afecta el cerebro y el sistema nervioso, descrito por Georges Gilles de la Tourette en 1885. Se manifiesta en la infancia o adolescencia, antes de los 18 años, y afecta a todos los grupos étnicos. Es más común en hombres, afectándolos 3 a 4 veces más que a mujeres. Se caracteriza por tics motores y fónicos que duran más de un año.

La profesional indica que los principales síntomas de la enfermedad son:

Movimientos involuntarios (tics) de la cara, de los brazos, de los miembros o del tronco. Estos tics son frecuentes, repetitivos y rápidos. El primer síntoma generalmente es un tic facial (parpadeo, contracción de la nariz, muecas).

Tics vocales (vocalizaciones), que generalmente se producen junto con los movimientos. Las vocalizaciones pueden incluir gruñidos, carraspeos, gritos y ladridos.

“Para que se confirme el diagnóstico deben presentar tanto los movimientos como las vocalizaciones involuntarias. El diagnóstico a menudo está respaldado por la presencia de trastornos del comportamiento coexistentes, incluido el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Una historia familiar de síntomas similares también apoya el diagnóstico. Si bien los síntomas difieren de una persona a la otra y varían de muy leves a graves, la mayoría de los casos corresponden a la categoría leve. Las afecciones relacionadas pueden incluir problemas de atención, impulsividad (y trastorno de oposición), conducta obsesiva compulsiva y trastornos de desarrollo del aprendizaje. Por lo general, hay un historial de tics, síndrome de Tourette, TDAH o TOC en la fam ilia”, mencionó la neuróloga. 

Este síndrome no se puede prevenir, pero la detección y el tratamiento temprano pueden evitar que empeore o se prolongue hasta la edad adulta. “La mayoría de las personas que sufren este y otros trastornos de tics pueden llevar vidas productivas. No hay barreras para sus logros en la vida personal y profesional. El aumento de la comprensión y de la tolerancia del público son de vital importancia para quienes los sufren”, finaliza la doctora.

 

Con el asesoramiento de la Dra. Daniela Sosa

Especialista en neurología de DIM CENTROS DE SALUD

MN: 151795 - MP: 337838

 



Por Oficina de Prensa

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