La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Tanto la actividad física moderada como la intensa mejoran la salud. Sin embargo, la OMS estima que más de una cuarta parte de la población adulta mundial (1.400 millones de adultos) no alcanza un nivel suficiente de actividad física.

Según la Dra. Liliana González, especialista en Cardiología de DIM CENTROS DE SALUD, la actividad física abarca todo movimiento corporal que genere gasto de energía. Diversos estudios han demostrado que tiene un efecto protector frente a la incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, infarto, obesidad, diabetes, osteoporosis y algunos tipos de cáncer. Además, mejora la capacidad funcional, el estado anímico y psicológico, y disminuye o retrasa las enfermedades e incapacidades relacionadas con la edad avanzada, incluido el deterioro cognitivo.

Se pueden identificar tres tipos de actividad física:

1. Actividad física aeróbica:
• Mejora el consumo de oxígeno.
• Facilita la quema de grasas y carbohidratos.
• Estimula el entrenamiento, reduciendo la fatiga y aumentando la capacidad de ejercicio.
2. Entrenamiento muscular:
• Previene la pérdida de masa muscular asociada con el envejecimiento.
• Contribuye al fortalecimiento y a la seguridad en las actividades diarias.
3. Flexibilización:
• Es esencial para evitar la rigidez y las lesiones derivadas del sedentarismo o de la propia actividad física.

La duración recomendada para cada tipo de ejercicio es la siguiente:

• Ejercicio aeróbico: Al menos 5 días a la semana de intensidad moderada, o 3 días a la semana de intensidad alta o vigorosa.
• Entrenamiento muscular: Debe realizarse de 2 a 3 veces por semana, con 48 horas de separación entre las sesiones.
• Flexibilización: Se sugiere de 2 a 3 días a la semana, con sesiones de más de 10 minutos. Especialmente se recomiendan ejercicios que trabajen la coordinación, el equilibrio, la apertura y la elongación de todas las articulaciones, indicó la doctora.

Se pueden identificar tres tipos de actividad física:

1. Actividad física aeróbica:
• Mejora el consumo de oxígeno.
• Facilita la quema de grasas y carbohidratos.
• Estimula el entrenamiento, reduciendo la fatiga y aumentando la capacidad de ejercicio.
2. Entrenamiento muscular:
• Previene la pérdida de masa muscular asociada con el envejecimiento.
• Contribuye al fortalecimiento y a la seguridad en las actividades diarias.
3. Flexibilización:
• Es esencial para evitar la rigidez y las lesiones derivadas del sedentarismo o de la propia actividad física.

De acuerdo a la intensidad, también se pueden realizar las siguientes distinciones: